La crisis climática y sus consecuencias en torno a la escasez hídrica, el aumento de la temperatura, la contaminación, entre otros, están causando daños irreparables para la población mundial.  Bajo este contexto, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se refirió a “la crisis existencial de nuestro tiempo” donde lideró la cumbre Leaders Climate Summit pidiendo mayor compromiso a los gobiernos del mundo de cara a la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2021 (COP26) que se realizará en Glasgow en noviembre de este año.

El escenario es bastante complicado y aún estamos muy lejos de los objetivos puestos para 2050, por lo que no basta solo con esfuerzos públicos, sino que también son fundamentales las asociaciones público-privadas donde el mundo del emprendimiento e innovación a través de las startups tiene mucho que aportar.

En esta línea nace Desafío Ambiente, emprendimiento fundado por Anita Farfán y que cuenta con el apoyo de Pepa Vargas, que trabaja con economía circular en sus procesos recuperando diferentes tipos de plásticos para transformarlos en elementos de uso cotidiano más durables y que reemplacen a la madera, reduciendo la presencia de este tipo de residuos en vertederos y aguas y, de paso, evitando la tala de árboles.

“Les ofrecemos a las empresas soluciones a los plásticos problemáticos de los que nadie sabe de qué están compuestos. Con los diseños que podemos generar, podemos darle solución y salida a esos materiales para que se reutilicen, con un sistema circular que involucra la participación de las empresas y las personas, ya que todo lo que hacemos pretendemos que tenga un triple impacto”, asegura Anita.

Bajo este contexto, Desafío Ambiente ha fomentado harto su rol social lo que hace el ciclo aún más virtuoso. En los últimos meses, han estado trabajando junto a Wheel The World y Red Costarricense de Turismo Inclusivo bajo el proyecto “Hacer Chile Accesible”, en el que buscan hacer más accesibles distintos destinos turísticos del país. “El impacto que puede tener una pasarela en la vida de muchas personas, me motiva mucho, encuentro que es una deuda pendiente del país y me pone feliz poder contribuir en eso”, asegura Anita, mientras esperan que cada vez sean más las personas que puedan disfrutar de los paisajes que ofrece nuestro país.

Pero en Desafío Ambiente también han tenido que convivir con momentos complicados en los últimos años. Como a la mayoría de los emprendimientos nacionales, primero el estallido social y luego la pandemia, fueron un punto de inflexión que hizo que tuvieran que adaptarse y buscar soluciones para poder mantener a flote el emprendimiento. “Tuvimos que reinventarnos varias veces porque el contexto nos hizo tener falta de material y por ende nos provocó tener que buscar otras alternativas como confeccionar percheras plásticas para ayudar al Covid en temas hospitaliarios o realizar impresiones 3D de mascarillas, el plástico es tan versátil que se puede hacer lo que se te ocurra” comenta Anita.

Hoy la startup tiene la capacidad de procesar alrededor de 25 toneladas de basura plástica al mes donde entre sus líneas de negocio desarrollan productos como maceteros o posavasos, fabrican madera plástica como material de construcción, crean productos plásticos con adición de partículas de cobre como aditivo antibacterial y también desarrollan y manufacturan productos usando el plástico PET de manera exclusiva, como una fibra aislante térmica denominada AISLAPET.

Con proyectos sociales como el mencionado y algunos otros como “Una Tonelada de Plástico” que realizaron para el Parque Bicentenario en conjunto con la Municipalidad de Vitacura, en Desafío Ambiente esperan seguir generando un impacto circular a través de la reutilización del plástico, para continuar creando soluciones a productos complejos, y seguir generando un impacto social, económico y medioambiental que se exporte de Chile para todo el mundo.

Conoce más de ellas en www.desafioambiente.cl

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