La pandemia ha significado distintos desafíos a nivel económico, sanitario y social para las organizaciones, independiente del país de donde provengan. Las restricciones de movilidad y las medidas adoptadas para afrontar la situación han provocado un cambio cultural en cómo hacer las cosas. 

La población está cada vez más conectada -62% a nivel mundial y 72% en América Latina- y en contacto con millones de dispositivos y sensores conectados a Internet -41 mil millones para 2025-, por lo que se requieren sistemas robustos y estrategias de ciberseguridad para salvaguardar la información, datos, sistemas y credibilidad ante los usuarios y clientes.

Dentro de estos cambios, el trabajo a distancia es una realidad que ha llegado para quedarse. Esta “nueva” modalidad de trabajar a forzado a muchas empresas a adaptarse y ver a esta como la única opción para mantener la continuidad de los negocios. 

Bajo este contexto, más que nunca se hace necesario que las organizaciones cuenten con una protección adecuada de sus equipos. Los temas de los directorios de las empresas ahora además de incluir los negocios deben incluir la seguridad ya que con el trabajo remoto se han abierto nuevos espacios de ataque y amenazas

Según la naturaleza de cada empresa y del sector del cual se esté hablando, una compañía está expuesta a su propio conjunto de riesgos cibernéticos. Las instituciones financieras y el sector de salud están más expuestos en términos de amenazas, no sólo por los recursos que administran sino por la sensibilidad de los datos, con enormes pérdidas económicas, de integridad y reputación.

Sin embargo, no son los únicos que están expuesto a ciberataques. Desde Endeavor México, realizaron un estudio llamado “La ciberseguridad en Latinoamérica: conoce el panorama de la industria y las startups que la conforman”, donde explican el panorama general y las consecuencias por ejemplo en costos, que significa para cada industria no tener implementado un plan de seguridad. 

Por su parte, la consultora Gartner, en su estudio “Supere la escasez de habilidades en ciberseguridad”, explica que la seguridad como servicio proporcionado por conocedores del tema está en camino de superar las implementaciones locales en cada empresa. Esto genera enormes beneficios en términos de costos y recursos para las organizaciones ya que pueden confiar más en la experiencia de los expertos en ciberseguridad sin la necesidad de hacer una inversión considerable en infraestructura y personal propio dedicado a esas funciones. 

Si bien se está avanzando en inversión, los especialistas y desarrolladores coinciden en que América Latina es un mercado que destaca por su frágil infraestructura de ciberseguridad ya que, en 2016, la región sólo generó 7.9% de los ingresos globales en el mercado de la ciberseguridad, a pesar de una mayor incidencia de ciberata

El estudio de Endeavor México analizó los emprendimientos del sector de e-commerce y Fintech debido a su crecimiento actual, y que son un objetivo importante para los ciberataques, ya que por la naturaleza de su modelo de negocio manejan información confidencial, transacciones y patrimonio de sus clientes.

Algunos de los resultados que arrojó el estudio fueron los siguientes: 

  • Solo el 1% de los emprendedores cuenta con un especialista en ciberseguridad con el perfil adecuado y estudios en la disciplina.
  • Sólo el 18% de los emprendimientos recurre a una empresa especializada en seguridad informática, mientras que 59% utiliza personal propio dentro del área de TI.
  • El 65% de los emprendedores destina tan sólo entre 1 y 5% de su presupuesto total a la ciberseguridad.

Una de las cosas que más se observa en América Latina es un desarrollo limitado de software y soluciones para la seguridad, y la adopción de tecnologías ya existentes en el mercado. Lo anterior abre la oportunidad para que las startups y los emprendedores adapten las mejores soluciones de ciberseguridad al contexto local. 

En este sentido, no cabe duda de que la ciberseguridad deberá ser uno de los temas prioritarios de todas las empresas en 2021, ya que la ciberdelincuencia está en plena expansión y su impacto en el negocio puede ser determinante. De hecho, solo en 2019, los delitos informáticos ocasionaron pérdidas superiores al 1% del PIB mundial.

Como en el resto del mundo, se espera que la adopción de tecnologías y soluciones de ciberseguridad crezca acompañada de una mayor adopción de Internet entre los países de América Latina. Este crecimiento de la conectividad, y la expansión de los dispositivos móviles, ha aumentado el riesgo de vulnerabilidad de los datos, lo que hace que la ciberseguridad sea una parte integral de todas las organizaciones, empresas, gobiernos, hogares e individuos en la región y un desafío que las organizaciones deberán afrontar. 

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